Compartimos una entrevista virtual con Elva López Mourelo, funcionaria en Instituciones de Trabajo Inclusivo de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Argentina. Repasamos algunos puntos sobre las legislaciones del mundo del trabajo y los desafíos para América Latina. Analizamos el impacto de la Pandemia y las implicancias en el contexto actual: la importancia de la herramienta de la negociación colectiva, el teletrabajo, su incidencia en las tareas de cuidado y su significancia en un marco de desigualdades de género.
Entrelíneas: ¿Puede comentarnos algunos de los cambios que ha supuesto para ustedes esta crisis mundial, generada por el COVID-19?
Elva López Mourelo: Bueno, la verdad que a nosotros la pandemia nos ha permitido acercarnos un poco más a las provincias; que antes esto solo era posible si uno viajaba. Y no habíamos pensado en estas herramientas de conectividad como una posibilidad para este acercamiento. La territorialidad de la Argentina con su dimensión y particularidades es un gran desafío para nosotros. Existen tantas diversas realidades, que es muy importante conocerlas, para poder dar respuestas adecuadas. Entonces este tipo de intercambios son muy enriquecedores. De modo tal que quiero agradecerles.
Entrelíneas: En realidad los agradecidos somos nosotros. Te queremos preguntar, particularmente en América Latina: ¿Qué consecuencias ha traído la pandemia en la región, en el mundo del trabajo?
Elva: La crisis global, que si bien es cierto impacta en todas las regiones y en todos los sectores, ha tenido un impacto desigual. Y esto también es importante entenderlo. En América Latina, ya antes de la pandemia, veníamos con un mercado de trabajo débil. De hecho, la tasa de desempleo había sido la más alta de los últimos 7 años. Entonces, América Latina enfrenta la pandemia con desafíos muy importantes para encarar en el mundo del trabajo. Por ejemplo, la alta incidencia que tenemos de la informalidad. La informalidad en el trabajo lleva a una condición de precariedad y vulnerabilidad, que hace que los trabajadores y trabajadoras informales no cuenten con mecanismos de protección social que les ofrezcan un apoyo a los ingresos ante la pérdida de empleo u otras contingencias que se puedan dar como consecuencia de la pandemia. Entonces digamos, que este contexto de pandemia, que afecta a sectores donde la incidencia de la informalidad es elevada puede provocar un aumento de las desigualdades ya existentes. Porque, se sabe, son los trabajadores más pobres los que más sufren las consecuencias. Entonces es importante empezar a pensar medidas que disminuyan esas desigualdades.
Entrelíneas: ¿Cómo pensar todas estas desigualdades, en el marco de la Pandemia, a partir de dinámicas como los cuidados y el trabajo remoto o teletrabajo?
Elva: Además de la distribución desigual, lo que sabemos es que, entre todos los que tienen la responsabilidad a la hora de organizar el cuidado, la responsabilidad del cuidado recae mayoritariamente en los hogares. Esas responsabilidades son del estado, del sector privado, y también de los hogares. Pero en el caso de la mayoría de los países de la región, y en el caso de Argentina en particular, la mayor parte de la organización del cuidado recae en los hogares. Y eso implica a su vez que recae en mayor medida en las mujeres. Además, los trabajos remunerados que tienen que ver con el cuidado, son mayoritariamente ejercidos por mujeres. Y estamos hablando acá del trabajo doméstico, el trabajo de la salud, la educación…que además son sectores que, por una u otra razón, han sido más afectados que otros por la Pandemia. O sea: lo que la Pandemia ha puesto de alguna manera en evidencia, es la importancia de las tareas que tienen que ver con el cuidado. En Argentina, y son cifras del 2013, nos indican que las mujeres dedican el doble de tiempo que los varones al cuidado no remunerado. Y esta situación es probable que se vea agravada por la actual Pandemia. Entonces, es muy probable que la vuelta a la llamada “nueva normalidad”, también implique cambios en la forma de escolarización y la organización del cuidado. Se trata de cambios que van a afectar a cómo las familias organizan su trabajo dentro y fuera del hogar. Es muy probable que afecte a millones de mujeres que son sobre las que normalmente recaen estas tareas de cuidado. Entonces hay que tener especial atención para que, en el actual contexto, no se ensanchen aún más las desigualdades. Y, en este caso, las desigualdades que tienen que ver con las cuestiones de género.
“Se sabe que son los trabajadores más pobres los que más sufren las consecuencias y es importante pensar medidas que disminuyan esas desigualdades”
Entrelíneas: A nosotros nos ha pasado como sindicato de acompañar casos de compañeras que no pueden asistir a trabajar porque tienen a sus hijos o hijas a su cuidado. Y vemos que al respecto de esto, la patronal no da soluciones generales, lo deja librado a la solución individual. Por eso hay que entender que esto no es un problema individual, sino que es un problema estructural. Entonces nos preguntamos, ¿qué rol tienen que tener las patronales y qué rol tenemos que asumir los gremios?
Elva: En mayor medida, la organización social del cuidado es concebida como una responsabilidad social y no una responsabilidad individual. Se puede decir que la presencia de esta concepción, de una forma más general, en la agenda política es relativamente reciente. Para que esto se institucionalice se hace muy necesaria la existencia e implementación de las legislaciones al respecto. O sea, tiene que haber leyes que establezcan responsabilidades, para que no haya comportamientos discrecionales o que dependan de la buena voluntad de las partes. Esto es parte de un proceso, sabemos que es de a poco. Pero hay avances y estas discusiones se van incorporando a las agendas. De hecho, que hoy estemos acá, hablando de esto, es parte de este proceso.
Entrelíneas: Pareciera que el contexto obliga a poner el acento también en la negociación colectiva en discusiones paritarias. En la provincia de Córdoba, como en la mayoría de los poderes judiciales provinciales de Argentina, los empleados y empleadas judiciales no contamos con un Convenio colectivo de trabajo ni con negociaciones paritarias salariales, sino que la regulación de condiciones de trabajo las realiza la patronal en un Reglamento interno. En este marco ¿Qué pasará con los sectores sin negociación ni convenio colectivo?
“En Argentina las mujeres dedican el doble de tiempo que los varones al cuidado no remunerado. Y esta situación es probable que se vea agravada por la actual Pandemia”
Elva: La negociación colectiva es un derecho fundamental, así lo recoge la Declaración de los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo de 1998. Es evidente su efectividad y el impacto que tiene en lo que se refiere a la mejora de las condiciones de trabajo. Y es un mecanismo particularmente eficaz porque permite, de alguna manera, introducir derechos laborales más amplios que los que rigen en los contratos de la Ley de Contrato de Trabajo. Y, además, se caracteriza por tener gran practicidad y rapidez. Y esto es importante en contextos como el actual. La negociación colectiva permite, en este marco, mayor permeabilidad y eficiencia para incorporar cambios que se dan a alta velocidad en la práctica.
En lo que tiene que ver con cuestiones de género y de cuidado, lo que observamos es que en aquellos países que mantienen una mayor cobertura de las negociaciones colectivas, la brecha salarial entre varones y mujeres es inferior. Se trata de logros importantes que se podrían llevar a otras dimensiones que impactan en la desigualdad entre mujeres y varones. Esto en lo que tiene que ver con la política del estado. Y en la organización del mercado laboral y la organización familiar. Sin embargo, nos queda mucho camino por recorrer. Según investigaciones recientes por ELA y UNICEF, solamente el 12% de los convenios revisados, incluían algún tipo de cláusula encaminada a regular las cuestiones del cuidado.
Entrelíneas: Parece que el teletrabajo ha llegado para quedarse: queríamos saber qué opinión tenés sobre la reciente sanción de la Ley de Teletrabajo en Argentina.
Elva: Nosotros desde la OIT creemos que ha sido algo positivo. En el sentido que este caso pone a Argentina entre uno de los primeros países de la región que regula esta cuestión; incluso te diría en el mundo. Genera atención sobre un fenómeno que como decías, ha llegado para quedarse y en ese sentido nosotros recibimos con entusiasmo que se haya hecho con tanta celeridad. También creemos que es una de las primeras leyes que reconoce la importancia de las tareas del cuidado. Lo evidencia, de manera clara, en una cláusula. Entonces es algo renovador. Y es algo que esperamos que se transforme en referente, de acá en adelante. No obstante, como sucede con otros artículos de esta Ley, la negociación colectiva establecerá las pautas para el ejercicio de este derecho. Por ello, es importante que la importancia del cuidado esté en la agenda sindical y de las organizaciones de empleadores, para que cuenten con todas las herramientas necesarias para cuando lleguen a la negociación colectiva. De hecho, hay un trabajo por hacer en el fortalecimiento de las organizaciones para que vayan a esas negociaciones en igualdad de condiciones. Para que cuando lleguen a esos espacios de negociación, cuenten con herramientas que les permitan llegar a acuerdos que sean beneficiosos para los trabajadores. En este sentido, hay un trabajo importante por hacer en materia de información y capacitación.