A continuación, el diálogo que mantuvimos con Vanesa Siley, diputada titular de la comisión legislativa que preparó y logró la aprobación de la Ley sobre teletrabajo. Luego de 18 años que fuera presentado el primer proyecto sobre el tema, con esta nueva Ley, la modalidad del trabajo remoto queda incorporada al Título III “De las modalidades del contrato de trabajo” del Régimen de Contrato de Trabajo aprobado por la Ley 20.744. Buscando congeniar intereses contrapuestos, pero con la certeza que la legislación laboral debe proteger a la parte más débil, que son los trabajadores.
Entrelíneas: ¿La modalidad de teletrabajo viene siendo discutida desde hace años en Argentina o es algo que apareció de golpe con la pandemia? ¿Era necesaria una regulación de esta modalidad en nuestro país?
Vanesa Siley: La modalidad del teletrabajo se viene discutiendo en nuestro país hace casi veinte años. En 2002 se presentó el primer proyecto para regularlo y fue en 2007 que tomó mayor relevancia el debate, a partir de la presentación del proyecto de ley del Poder Ejecutivo con las firmas de Néstor Kirchner, Carlos Tomada y Alberto Fernández (Presidente, Ministro de Trabajo y Jefe de Gabinete de aquel entonces respectivamente). Es decir, es un debate que lleva ya mucho tiempo en la cámara, aunque sin dudas la pandemia revitalizó la discusión y sobre todo la necesidad de regular para proteger a quienes trabajan y vayan a trabajar bajo esta modalidad laboral.
No caben dudas que era necesario darle una regulación para equiparar los derechos de quienes trabajen bajo esta modalidad con quienes lo hagan en forma presencial, para ello era fundamental sancionar una normativa que garantice el cumplimiento de los derechos laborales y abarque las especificidades de la modalidad, delegando en la negociación colectiva cuestiones particulares de cada actividad.
La distribución desigual y discriminatoria de las tareas de cuidado fue algo que tuvimos permanentemente presente a la hora de elaborar esta normativa
Entrelíneas: Podría decirse que existe un diagnóstico consensuado sobre la desigual y discriminatoria distribución de las tareas de cuidado que asigna más cargas a las mujeres que a los varones en un mismo núcleo familiar. En ese marco, ¿cómo podrías describir el impacto, diferenciado, que la modalidad de teletrabajo tiene respecto a las personas que ejercen tareas de cuidado?. Y, además, ¿cuáles crees que deberían ser las consideraciones para pensar el teletrabajo y su control gremial, y la armonización equitativa de las tareas de cuidado?
Vanesa: La distribución desigual y discriminatoria de las tareas de cuidado fue algo que tuvimos permanentemente presente a la hora de elaborar esta normativa, considerando que el mero hecho de que la prestación de tareas se realice en un establecimiento ajeno al empleador (generalmente la casa de la persona que trabaja) no debía profundizar estas desigualdades. Para ello, regulamos un artículo específico que por primera vez reconoce las tareas de cuidado en nuestra normativa laboral, permitiendo establecer una jornada con horarios compatibles con las tareas de cuidado o incluso interrumpir la jornada laboral. Este derecho lo establecimos por igual para todas las personas que tengan tareas de cuidado a su cargo a fin de promover una mayor corresponsabilidad en el cumplimiento de las mismas.
En relación al control gremial, el mismo va a ser clave para el cumplimiento de la normativa porque está pautado en el propio artículo que sean los convenios colectivos los que establezcan la modalidad conveniente para compatibilizar la jornada laboral con las tareas de cuidados entendiendo que son los gremios de cada actividad los que mejor pueden abordar esta discusión de acuerdo a la forma de prestación de las tareas.
Entrelíneas: A futuro, ¿ves al teletrabajo como una alternativa viable en nuestro país? ¿Cuáles son los desafíos que crees que nos presenta esta modalidad a los sindicatos?
Vanesa: El teletrabajo es una realidad hoy, existe y seguirá existiendo, por ello era imprescindible regularlo y proteger a las personas que trabajan bajo esta modalidad. No creo que sea deseable un futuro donde el teletrabajo crezca exponencialmente, pero sí me parece importante debatir, reflexionar, legislar y alcanzar acuerdos colectivos que brinden el mejor escenario posible para los casos en que esta sea una alternativa posible.
En cuanto a los desafíos sindicales sin duda hay uno a corto plazo que es la negociación colectiva sobre el piso que establece la ley. Muchos de los artículos de la ley promueven o delegan en la negociación colectiva aspectos particulares de cada actividad, para ello desde el movimiento sindical tenemos que sentarnos y plantear nuestras preocupaciones sobre esta modalidad y alcanzar acuerdos que permitan proteger los derechos laborales y representar a cada una de las personas que trabaje en la modalidad que sea dentro de nuestros sectores.
Entrelíneas: ¿Cómo fue el proceso de debate legislativo de la ley, en este contexto tan particular?
Vanesa: El debate fue sumamente interesante, tanto por su riqueza conceptual como por la pluralidad y diversidad de las participaciones. En la comisión de legislación del trabajo, que me toca presidir, nos dimos un trabajo durante meses analizando los más de veinte proyectos presentados por los distintos bloques, buscando consensos, tomando aportes y realizando modificaciones al texto del proyecto. Asimismo, invitamos a exponer y consideramos los aportes del Ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni, de la Directora Nacional de Cuidados, Lucia Cirmi, de las Cámaras Empresarias, de las Centrales Sindicales, de los sindicatos informáticos y de las telecomunicaciones, de especialistas en la materia y juezas del trabajo. En función de todos los aportes, comentarios y proyectos presentados elaboramos un texto de consenso que firmaron 29 de los 30 diputados presentes el día que dictaminamos en la comisión, luego en el pleno de la cámara el texto de la ley tuvo un solo voto en contra, producto del enorme trabajo de búsqueda de consensos que realizamos en los meses previos.
Entrelíneas: ¿Tuvieron participación algunas organizaciones gremiales en el proceso de construcción de esta ley?
Vanesa: ¡Claramente! La voz de los sindicatos que intervinieron en el debate y de las centrales sindicales que acercaron su posición fue muy importante para pensar un texto que sea marcadamente protectorio de los derechos de los trabajadores y trabajadoras, dejando en claro que la regulación no iba a favorecer la flexibilización bajo ningún aspecto.
En cuanto a los desafíos sindicales sin duda hay uno a corto plazo que es la negociación colectiva sobre el piso que establece la ley.
Entrelíneas: ¿Existió resistencia por parte de algunos sectores empresariales para que esta modalidad de trabajo sea regulada? ¿Cuáles fueron sus argumentos en ese caso? ¿Cuál crees que es el motivo de esto? ¿Cuál crees que ha sido el rol de los medios de comunicación en este debate?
Vanesa: Las opiniones del sector empresario fueron escuchadas, consideradas y muchas de sus propuestas incorporadas al texto del proyecto en la Cámara de Diputados. En ese sentido incluso los sectores empresarios pymes respaldaron abiertamente la regulación propuesta. Si bien en algunos medios se escucharon opiniones contrarias a la ley, en muchos casos se trataban de opiniones basadas en una lectura poco profunda del proyecto o un prejuicio respecto de las normas laborales que no tiene sustento en la realidad. Lo cierto es que la norma protege a quienes trabajan y a la vez da certezas a ambas partes respecto a la forma de contratación.
Entrelíneas: Según la ley sancionada por el Congreso Nacional, ¿cómo quedará establecida la jornada laboral para aquellas personas que trabajen en esta modalidad? ¿En qué consiste el derecho a la desconexión?
Vanesa: La regulación prevé que la jornada laboral debe ser pactada en forma previa y por escrito. Además, se estableció el derecho a la desconexión digital que se compone por el deber del empleador de no remitir notificaciones fuera del horario pactado y el derecho del trabajador a no responderlas. De esta forma funciona como una garantía del cumplimiento de la limitación de la jornada y el derecho al descanso, impidiendo que la jornada se extienda irregularmente.
Entrelíneas: ¿Cómo se resuelven problemas concretos como provisión de medios, computadoras, energía eléctrica, acceso a internet?
Vanesa: Mediante la ley se estableció la obligatoriedad sobre que sea el empleador quien provea las herramientas de trabajo necesarias para el cumplimiento de las tareas, asimismo se establecerá mediante la negociación colectiva la forma en que se compensarán los mayores gastos en consumo eléctrico y conectividad. De esta forma se garantiza el acceso de las personas que trabajan a los medios necesarios y se evita que carguen ellas mismas con los gastos que puedan implicar, siendo una responsabilidad exclusiva de los empleadores.
Entrelíneas: ¿Cuáles serían los órganos de control, procedimientos ante incumplimientos, las sanciones y qué rol tendrán las organizaciones sindicales para el cumplimiento efectivo?
Vanesa: La autoridad de aplicación por excelencia, que estará a cargo de los controles y del cumplimiento de la normativa es el Ministerio de Trabajo. De todas formas, la ley promueve expresamente la participación sindical y establece que las empresas deberán remitir la información respecto a las contrataciones bajo la modalidad de teletrabajo tanto a la autoridad de aplicación como a los sindicatos, a fin de sean las organizaciones sindicales también como representantes de las trabajadoras y trabajadores quienes velen por el cumplimiento de las normas y puedan mantenerse en permanente diálogo con sus representados.
Entrelíneas: ¿Cómo analizas la salida a los problemas económicos y sociales que dejará la pandemia? ¿Qué herramientas existen hoy para esa reconstrucción económica y social y cuál será nuestro rol como sindicatos en esa salida?
Vanesa: Sin lugar a dudas el diálogo social tripartito va a tener un rol central en la salida de la crisis ocasionada por la pandemia, tenemos que tener en consideración que veníamos de una crisis muy profunda producto del modelo económico del gobierno de Mauricio Macri y a ello debemos sumarle las consecuencias del COVID 19. Por ello será central el rol de los sindicatos en la negociación colectiva y la participación en la creación e implementación de programas que recuperen las mejores tradiciones de nuestro movimiento obrero y su rol central en la construcción de un proyecto nacional, popular, democrático y feminista.